El Imperio Romano tuvo bajo su control a lo largo de su historia grandes territorios de Europa, África y Asia. Todas estas conquistas no son gratuitas, y hacen que Roma tenga numerosos enemigos.
Las legiones romanas fueron imparables máquinas de guerra a lo largo de los siglos, pero tuvieron que enfrentarse a difíciles adversarios. Muchas novelas se han escrito sobre ello, pero aquí vamos a ver una lista de los enemigos de Roma:
- Cartago, esta polis africana fue uno de los grandes contrincantes del Imperio Romano. Las guerras púnicas fueron los conflictos que enfrentan a ambos contendientes a lo largo de África y Europa. Dos estados en auge con un mismo objetivo, el dominio del Mare Nostrum, el Mediterraneo. Aníbal consigue llevar a un gran ejercito cartaginés hasta las puertas de Roma atravesando los Alpes. Finalmente Escipión consigue derrotarle en la batalla de Zama.
- Los galos, fueron grandes guerreros que se enfrentan en numerosas batallas a las tropas romanas. Julio Cesar consigue dominarlos tras la batalla de Alesia, y vuelve a Roma con su líder Vercingétorix cargado de cadenas.
- Julio Cesar, Octavio Augusto y Marco Antonio. Una de las peores guerras que sufrió Roma fue contra ellos mismos. Las guerras civiles en Roma fueron recurrentes, con especial importancia la sufrida tras la muerte de Cesar y la lucha por ser Emperador.
- Las «victorias pírricas» nacen con las luchas ganadas por el rey Pirro de Epiro. Estas victorias dejaron exhaustas sus fuerzas, y llevó a que finalmente Roma venciera a este gran estratega griego.
- El enemigo que conquisto Roma. Después de 8 siglos de poder, en el año 400 d.C. Alarico llega a tomar y saquear Roma.
- Los esclavos también son peligrosos. Para finalizar este artículo cabe destacar a Espartaco .Este esclavo-gladiador lideró una revuelta de esclavos que hizo temblar los estamentos del Imperio. Lleva a un numeroso grupo de esclavos por toda Italia, derrotando a varios ejércitos romanos hasta que finalmente es vencido.
Como hemos visto, a lo largo de los siglos Roma se enfrento a numerosos enemigos, algunos muy poderosos y tecnológicamente avanzados. Pero al final, la caída del Imperio Romano viene motivada por luchas internas, que fueron debilitando al Imperio poco a poco, hasta que finalmente «los barbaros» aprovechan esta debilidad para ir ganando terreno y finalmente tomar Roma.