Pompeya y el Vesubio, estos dos nombres van unidos en la historia por un fatídico final. ¿Cómo fue y que supuso para el Imperio Romano la destrucción de Pompeya bajo las cenizas del Vesubio?
Pompeya era una de las ciudades más rica e importante dentro del Imperio Romano. Punto de paso obligado por mercancías que llegaban del mar para posteriormente ser enviadas a Roma por la vía Apia. La historia de Pompeya tiene varias desgracias en su haber, de hecho, casi fue destruida más de una vez por terremotos. Todavía se estaba reconstruyendo cuando llega su final. Pero aún así era una ciudad muy cosmopolita, donde gran cantidad de viajeros provenientes de las colonias africanas paseaba por sus calles. Numerosos comercios se asomaban a lo largo de las vías, Pompeya disponía también de su propio anfiteatro, donde la gente se recreaba viendo combates de gladiadores. Era por tanto una floreciente ciudad bañada por el Mediterráneo, con pequeños seísmos a lo largo de los años pero que no impedían su prosperidad, nadie imaginaba su final.
Catástrofe bajo el Vesubio
El 24 de agosto del año 74 d.C. una columna se asoma por el Vesubio, sobre Pompeya empieza a caer una débil lluvia de cenizas, lo peor estaba por llegar. A lo largo del día, esta ceniza empieza a convertirse en pequeñas piedras que van aumentando de tamaño mientras un aire caliente repleto de azufre empieza a envolver la ciudad, su destino estaba sellado. Esto fue el fin para miles de personas que murieron intentando protegerse en sus casas, llegados a este punto pocos consiguieron huir.
Registros arqueológicos
El peculiar desenlace de esta ciudad romana, ha permitido a los arqueólogos rescatar casi intactos múltiples hallazgos de la vida romana. Edificios, esculturas, pinturas, todo ello en perfecto estado de conservación. Entre los restos podemos destacar el foro romano, el templo de Jupiter, la Basílica de Pompeya y el anfiteatro.
Para finalizar, os dejo un vídeo interesante que recrea el como pudo suceder esta tragedia: